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Una asociación que puede salvar vidas

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Publicado el 24/07/2025
mujer practicando RCP a un maniquí

mujer practicando RCP a un maniquí

Cuando dos estudiantes del Larkin High School quisieron ofrecer una clase de reanimación cardiopulmonar para su centro, recurrieron al Elgin Community College.

Cada año se producen más de 350.000 infartos o paradas cardiacas fuera del hospital. La reanimación cardiopulmonar o los primeros auxilios pueden ayudar a mejorar las probabilidades de supervivencia, pero sólo un 40% de las personas reciben esa ayuda antes de que lleguen los profesionales.

"Quiero marcar la diferencia reduciendo esas estadísticas", dice Andrea Benítez-Urbieta, estudiante de último curso en Larkin. "Estar certificado en RCP es muy importante. Puede ayudar a salvar vidas".

Benítez-Urbieta y su amiga Ximena Canizales, también estudiante de último curso, estaban decididas a cambiar las cosas.

"En una emergencia, mucha gente tiende a asustarse", dice Canizales. "No saben qué hacer en ese momento. Y así, teniendo ese conocimiento de la RCP, pueden salvar una vida que podría haberse perdido." 

En enero de 2025, Benítez-Urbieta y Canizales asistieron a un curso de dos días de duración de "Recuperación de los oficios de los trabajadores sanitarios de la comunidad" en la ECC, donde obtuvieron credenciales en reanimación cardiopulmonar, primeros auxilios, gestión de patógenos transmitidos por la sangre y detención de hemorragias.

Como parte de su programa AVID de preparación para la universidad en Larkin, Benítez-Urbieta y Canizales querían ayudar a otros estudiantes de secundaria a obtener también el certificado de RCP.

Benítez-Urbieta propuso la idea a su profesora, Heather Carey, y concertó una reunión con Gina De rosier- Cook, EdD, decana de Desarrollo Laboral y Educación Continua de ECC.

"Conocí brevemente a la Dra. Cook en el curso de Recuperación de los Oficios al que asistí en ECC", dice Benítez-Urbieta. "Nos dijo que si alguna vez necesitábamos algo, nos pusiéramos en contacto con ella. Me lo tomé muy al pie de la letra".

Tras semanas de planificación, en mayo celebraron el curso en Larkin, con instructores entre los que se encontraban un jefe de policía y un jefe de bomberos locales. Se inscribieron 24 alumnos y, sorprendentemente, se presentaron los 24.

"Estoy muy orgullosa de estas dos chicas", afirma De Rosier Cook. "Fueron muy profesionales. Hicieron una presentación en PowerPoint para mí. Una de las cosas que dijeron fue que la gente que se parece a ellas no suele recibir formación en reanimación cardiopulmonar. Y eso hace que las personas pertenecientes a minorías tengan más probabilidades de no sobrevivir a esa situación."

"Realmente encabezaron esta asociación con nosotros, y eso es realmente monumental para su edad", dice De rosier- Cook. "Llenaron toda el aula. Tuvimos a 24 personas que recibieron la certificación de RCP. No faltó ni un solo alumno. Es asombroso para alumnos de secundaria".

ECC ofreció el curso de RCP de Larkin de forma gratuita, en el marco del segundo año de la subvención Taking Back the Trades de la Junta de Colegios Comunitarios de Illinois. 

La subvención financia programas que ayudan a los estudiantes de primer y segundo ciclo de secundaria a obtener credenciales reconocidas por la industria, como certificaciones en carretillas elevadoras, construcción y cocina; aprendizaje basado en el trabajo, como prácticas; y preaprendizaje en atención sanitaria, fabricación y extinción de incendios.

ECC ofrece programas de Recuperación de los Oficios durante todo el verano, así como en los días en que la escuela secundaria está cerrada, pero la universidad está abierta. Los cursos se incluyen en los expedientes académicos de los estudiantes, aunque no dan créditos. Los estudiantes se familiarizan con la universidad cuando visitan las instalaciones de ECC, donde ven instalaciones de formación en fabricación y simuladores de atención sanitaria, incluido uno que da a luz y otro que sangra. 

"Queremos cambiar la conversación de si voy a la universidad a cuándo voy a la universidad. Necesitamos que se vean a sí mismos aquí y también que tengan estas credenciales reconocidas por la industria, para que puedan empezar esa carrera", dice De rosier- Cook.

Benítez-Urbieta está de acuerdo.

"Acoger y planificar este curso significó mucho para mí. Quiero trabajar en el campo de la sanidad, concretamente como cirujano. Ayudar a otros a certificarse en RCP es algo de lo que estoy muy orgullosa", dice Benítez-Urbieta, que va a poner en marcha un Club de Corazones Sanadores en el instituto Larkin en colaboración con la Asociación Americana del Corazón. 

Los dos esperan organizar otro curso de certificación de RCP en otoño, dice Canizales.

"Nos encantaría que este campo floreciera a lo largo de los años. No queremos que sea un curso único. Queremos dejar huella de verdad", dice Canizales, que espera seguir la carrera de cirujano cardiotorácico pediátrico.

"Crecí yendo a menudo a clínicas y hospitales, ya fuera por mí, por mis hermanos o por mi madre. Siempre iba yo, ya que soy la mayor. Al venir de una familia hispana, normalmente era yo la que traducía", dice Canizales.

"Aprender de estas experiencias me empujó a conseguir cosas más grandes y a ayudar a las minorías y a las comunidades necesitadas", afirma. "Estoy muy, muy agradecida de que ECC nos diera esta oportunidad".