Asra Kamal, asistente de recepción del Centro de Arte del Elgin Community College, emigró a Estados Unidos con su familia desde la India en 1986. A pesar de la transición de un país a otro, ir a la universidad resultó ser uno de sus mayores retos porque sería la primera de su familia en hacerlo. "Mi transición a la universidad fue más difícil que cualquier otra transición en mi vida", dijo Kamal, "porque me las estaba arreglando sola".
Durante su infancia, Kamal destacó en el instituto, donde se graduó entre los diez primeros de su clase con matrícula de honor. A lo largo de su experiencia en el instituto, participó en un programa de doble crédito con la Universidad de Loyola, pasando dos veranos viajando al campus y asistiendo a clases. A partir de ahí, supo que Loyola era la universidad de su elección.
Como muchos estudiantes universitarios de primera generación, el ánimo está en casa, pero la orientación no llega. "Mis padres, desde el principio, me animaron a estudiar y a hacerlo bien", dice Kamal. "Creo que el reto de la primera generación es que los padres quieren que te vaya bien, pero no necesariamente conocen los recursos que pueden ayudarte a conseguirlo". Para Kamal, su mayor recurso para orientarse en la universidad y cómo pagarla vino de una consejera escolar. Ella le ayudó con el proceso de solicitud, a identificar y solicitar becas, y se convirtió en su persona de referencia para cualquier pregunta relacionada con la universidad. "Fue como mi ángel de la guarda", dice Kamal.
A pesar de que su orientador del instituto la guió en sus primeros pasos hacia la universidad y de que una beca cubrió su primer año, asistir a ella supuso todo un reto: estar lo más lejos de casa que había estado nunca, buscarse la vida económicamente y adaptarse a la diferencia con el instituto. Durante su estancia, Kamal trabajó dentro y fuera del campus para pagarse los estudios. A pesar de ello, Kamal siguió enamorándose del aprendizaje y de Loyola. Tras graduarse en Loyola, cursó un máster en Administración de la Educación Superior en la Western Illinois University.
"Ser de primera generación puede parecer una dificultad, pero tienes que ingeniártelas", dijo Kamal. "Es genial porque te enseña responsabilidad, el valor del tiempo y del dinero, y te ayuda a madurar un poco". Kamal consiguió su primer empleo en Northwestern, trabajando en Residence Life en viviendas fuera del campus durante seis años. A continuación, la transición a la Universidad de Adler en su departamento de Vida Estudiantil antes de tomar un breve descanso para comenzar su familia y encontrar su hogar aquí en ECC. "Los estudiantes de primera generación tienen un lugar muy especial en mi corazón. Es un momento difícil, pero muy gratificante ".